Los turnos de rotación más rápida son más ventajosos que los de rotación semanal.
En efecto, una rotación rápida mantiene la orientación diurna del ritmo circadiano, y así evita un estado de perturbación permanente impuesto por el ajuste parcial a unas orientaciones diurnas y nocturnas alternante.
Una sucesión de jornadas de trabajo en el turno de noche puede producir una acumulación de falta de sueño, esto es, una falta de sueño crónica.
A largo plazo, esta situación podría tener un “coste” biológico o, incluso, provocar problemas de salud.
No obstante, no existe un estudio epidemiológico riguroso en el que se comparen los efectos respectivos del trabajo por turnos regulares de rotación rápida y lenta.
Otro argumento a favor del sistema de turnos de rotación rápida es que los trabajadores tienen tardes libres todas las semanas y, por tanto, contactos más regulares con amigos y compañeros que en los turnos semanales.
Sobre la base de un análisis de los elementos periódicos del tiempo de trabajo y de ocio, Hedden y cols. postulan que los sistemas de rotación que facilitan una sincronización más breve y más frecuente de la vida laboral con la actividad social producen menos perturbación que los esquemas de rotación que inducen una sincronización más prolongada, pero menos frecuente.
En cambio, Åkerstedt discrepa de esta aserción, dado que la mayor somnolencia suele producirse durante la primera jornada de trabajo nocturno, por causa del intenso ajetreo anterior.
El autor recomienda la rotación lenta.
Nuestros usuarios registrados en www.aturnos.com, pueden generar cuadrantes de turnos con patrones de rotación rápida o lenta, atendiendo a las necesidades de la empresa y trabajadores.