Un sprint es la aceleración fugaz y repentina que realiza un corredor para conseguir la máxima velocidad posible.
Esto convierte a los sprints en una de las principales armas para ganar una carrera o mejorar un tiempo.
La buena noticia es que cualquier corredor puede trabajar sus sprints, para mejorarlos aumentando su velocidad.
Un sprint es una versión mucho más dinámica de la carrera, más explosiva, por lo que para mejorarlo se debe trabajar en la aceleración.
El calentamiento no solo ayuda a reducir el riesgo de lesión, también prepara al cuerpo para correr más rápido.
Para mejorar los sprints lo ideal es mantener el torso en posición vertical, los hombros relajados y alejados de las orejas.
Se recomienda mover los pies con movimientos circulares, elevando los muslos hasta que estén paralelos y moviendo las rodillas hacia arriba y hacia abajo.
Se debe aterrizar en la parte delantera del pie, concentrándose en empujar desde los dedos de los pies para impulsarse hacia adelante y mantener los pies flexionados hacia arriba, hacia las espinillas.
Mantener sostenidos los brazos en una posición doblada a 90 grados y mover los codos hacia atrás para crear impulso.
Se debe trabajar gradualmente en el entrenamiento de velocidad, para permitir que el cuerpo se adapte a las exigencias del entrenamiento.