Según con Francesca Román, autora experta de un artículo publicado en el portal anteriormente mencionado, “Al igual que cualquier fobia, la hafefobia es una respuesta al miedo provocado por un estímulo que nuestra mente percibe como potencialmente peligroso”.
Además, explicó que las respuestas fóbicas son siempre “respuestas evitativas” elaboradas con la finalidad de proteger al individuo de ese potencial peligro.
Con frecuencia ocurre que racionalmente se conoce que el riesgo o el peligro no es tan grande como se llega a percibir e incluso que no es real.
Aun así, no se puede evitar sentir el miedo intenso y llevar a cabo la conducta de evitación”.
Factores psicológicos y emocionales: algunas personas pueden experimentar incomodidad con el contacto físico debido a su personalidad o experiencias previas.
Quienes presentan ansiedad social o han pasado por situaciones traumáticas pueden desarrollar una aversión al contacto.
Cultura y crianza: en algunas culturas, el contacto físico es menos frecuente y puede percibirse como una invasión del espacio personal.
En contraste, hay sociedades en las que los abrazos y los besos son parte habitual de la interacción cotidiana.
Respecto a si esta conducta debería preocupar a las personas, la IA de ChatGPT, esta plataforma, comentó que no necesariamente, puesto que cada individuo tiene su propia forma de relacionarse y establecer límites personales.
Sin embargo, el hecho de evitar el contacto físico viene acompañada de ansiedad, malestar o aislamiento social, podría ser útil consultar a un especialista para comprender mejor la situación.
En última instancia, respetar la comodidad de cada persona es fundamental para construir relaciones saludables y empáticas.