Las orejeras de los gorros de waterpolo están llenas de agujeros, por lo que su misión no es impedir el paso del agua, que entra y sale de ellas con normalidad, sino precisamente proteger de los golpes en una zona tan delicada como son oídos, permitiendo además la comunicación de los jugadores en el agua, esencial para el desarrollo del juego, la recepción de órdenes tácticas por parte del cuerpo técnico, y también de los designios del árbitro. Hay que proteger el oído en el waterpolo. El gorro es de uso obligatorio incluso en los entrenamientos, no solo en los partidos, puesto que, en el agua los golpes podrían llegar a trasmitir una presión tan fuerte como para dañar el tímpano. El rozamiento en el pabellón auricular produce lesiones muy dolorosas a los deportistas. Si algo caracteriza a los/as waterpolistas son sus exiguos bañadores, que tratan de darle los mínimos puntos de agarre al rival, y sus gorros con orejeras, muy distintos de los habituales gorros de natación, que no las llevan. Los gorros de ambos equipos son de diferente color. Pero eso sí, siempre con orejeras para proteger el oído en el waterpolo.