La utilización de este sobrenombre parece ser que tiene buena acogida, especialmente porque ha coincidido con la época más gloriosa de nuestra selección.
El sobrenombre cuajó rápido en los medios, especialmente de izquierdas, progresistas y públicos, no en vano en esa época gobernaba el PSOE.
Al parecer, hasta al mismo presidente del Gobierno por entonces, José Luis Rodríguez Zapatero, le gustó mucho la nueva denominación.
La prensa holandesa hablaba de "La Furia Española" para referirse al equipo y rememorando los hechos de los tercios de Flandes.
Pero no solo eso: nuestra selección se tenía que medir con Italia en el siguiente partido y la prensa italiana empezó a hablar de "la furia rossa" (la furia roja).
También lo ha sido en el trascurso de los años y las diferentes competiciones.
Por el sobrenombre de "la furia española", "la furia roja" o "la furia" es como se conoció a España hasta hace bien poco tiempo.
Luis Aragonés se hace cargo de la selección española en 2004 y busca un nombre para nuestro equipo nacional selección.
Decía que "Brasil es la Canarinha y Argentina la Albiceleste. Me gustaría que España fuera La Roja", olvidándose de los nombres por los que era conocida nuestra selección.
Todos olvidaron, o quisieron no saber, que ya desde inicios de los años 80, la selección nacional conocida como La Roja era la de Chile, también por el color rojo de su camiseta, con lo que el bueno de Don Luis cogió prestado un nombre ya en uso.
La Federación Española de Fútbol (RFEF) tampoco le ha hecho ascos al mismo e incluso por parte de algunos medios se ha llegado a bautizar a la selección sub-21 como La Rojita, en un alarde del mal gusto.
Creo que, en honor a la historia y para evitar confusiones políticas, sería bueno recuperar los sobrenombres históricos y, si se quiere, algo más sencillo todavía: España.