Un beso no es sólo una muestra de afecto o pasión, es un acto biológico que activa complejos mecanismos físicos, neurológicos, endocrinos e inmunológicos.
Al besar se activa el sistema nervioso y endocrino para liberar neurotransmisores como la dopamina, oxitocina, serotonina y endorfinas, relacionadas con el placer, la felicidad y el bienestar.
También tiene un efecto positivo en el sistema cardiovascular: aumenta la frecuencia cardiaca, dilata los vasos sanguíneos y mejora la oxigenación de la sangre, lo cual ayuda a regular la presión arterial y reduce el riesgo de hipertensión.
Besar favorece la liberación de citocinas que regulan la inflamación y reducen el riesgo de alergias.
Además, fomenta la transferencia de microbiota, lo cual puede influir en la salud inmunológica, según cada persona.
Un beso afectuoso entre madre e hijo, por ejemplo, promueve la liberación de oxitocina, relacionada con el apego y ternura; uno pasional estimula la dopamina, asociada con la recompensa y placer.
Al igual que todo contacto íntimo, besar implica riesgos, como la transmisión de padecimientos como la mononucleosis infecciosa, resfriados, paperas o la Covid-19.
Por ello, sus beneficios se observan en contextos de relaciones consensuadas y afectivas.
Besar no es sólo un gesto de afecto, sino también un regulador emocional y una herramienta biológica para la calma.
Al hacerlo se activa un complejo circuito cerebral en el que participan el sistema límbico, la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal.
Cuando tenemos una relación segura, amorosa y cuidadosa, la corteza frontal domina a la amígdala, que gestiona el miedo y el estrés.
Esto permite que entremos en un estado de mayor calma.
Un beso puede revertir dicho desbalance, pues tranquiliza al cuerpo, reduce la activación visceral y permite que la corteza frontal recupere el control.
Un beso bien dado puede reconciliar a una pareja en medio de una pelea.
Más que un gesto, puede ser una medicina emocional, un puente entre el cuerpo y la mente, y un recordatorio de que somos seres sociales que necesitan cariño para sobrevivir.