Caminar correctamente tiene muchos beneficios pero, ¿cómo sé si mi pisada es la adecuada.
Existen tres formas de intuirlo:
El calzado: las suelas de los zapatos que utilizamos habitualmente son una gran fuente de información.
Si se desgastan de manera irregular y desmesurada o si tenemos la sensación de que ningún calzado se nos adapta, debemos acudir a consulta.
Si tienes dolor en pies, tobillos o rodillas de manera continuada, visita a tu podólogo.
La estructura: esto es más complicado de ver si no contamos con formación técnica.
Mirar los pies por detrás para observar si el tobillo se mete hacia dentro, si tenemos el pie plano o con puente, si hay alineación con la tibia, etc.
Puede ayudarnos a saber si caminamos bien.
Disfrutar de los beneficios de una buena pisada no se logra únicamente con una buena técnica al caminar.
Nuestra estructura ósea, y los factores genéticos, determinan cómo pisamos, y eso no puede corregirlo la técnica por sí sola.
Una vez hayas acudido al podólogo, y te hayas asegurado de que tu alineación es la adecuada o la hayas corregido con su ayuda, puedes mejorar tu manera de andar.
Nuestra recomendación es que, aunque no notes nada extraño en tus pies ni en tu pisada, acudas a la clínica de podología de manera regular.