Entrenar la resistencia potencia tus brazadas y mejora tu postura en el agua.
Para mejorar tu tiempo en la piscina también debes entrenar fuera de ella.
Es importante que hagas ejercicios con flexión de caderas, sentadillas, ejercicios a una pierna, ejercicios de tracción vertical y ejercicios de core.
Los ejercicios que trabajan los cuádriceps aportan más fuerza a tu aleteo.
Los ejercicios de isquios, por otro lado, mejoran la resistencia, algo muy necesario para las competiciones.
Cuanto más fuerza tengas en el tren inferior y las caderas, menos tendrás que depender de tu tren superior.
Tener los dorsales fuertes es importante para la brazada, ya que este grupo muscular te permite arrastrar más agua mientras nadas.
Además, fortalecer el core te ayuda a mejorar la eficiencia de tus brazadas, corrige tu postura y reduce la posibilidad de que te lesiones.
Las dominadas se traducen en una mayor velocidad en la piscina, principalmente porque para hacerlas hace falta desarrollar mucha fuerza en el tren superior.
Procura hacer una o dos sesiones de fuerza a la semana y plantéate trabajar con un entrenador personal para que te ayude a crear un programa adaptado a tus necesidades.