Usar el pull buoy tiene muchos beneficios. Es una herramienta muy sencilla de usar: lo pones entre los muslos y a nadar sin usar las piernas, pero déjanos decirte que ese no es el enfoque adecuado. El pull buoy reduce la resistencia y por tanto mejora la natación. En parte porque mantiene las piernas juntas y en parte porque flotarán arriba, en línea con la parte superior de su cuerpo. Hasta aquí, todo genial. Pero ¿qué pasará cuándo te lo quites? El problema viene cuando el nadador se quita el corcho. Es importante tener el control y el foco en cómo se siente la postura correcta al nadar para que, cuando lo quitemos, podamos mantener esta postura intacta. Una vez que estás lo suficientemente en forma, nadar con un pull puede reducir su consumo de oxígeno. Esto supone una gran oportunidad para centrarse en perfeccionar la técnica de natación. Respirar cada cinco, siete o incluso nueve brazadas, te brinda la oportunidad de interiorizar una buena técnica de brazada, con menos interrupciones en la respiración. Como siempre, tratar de recuperar esa sensación sin el pull es clave para hacer un trabajo que beneficie su brazada en condiciones normales. El pull buoy nos puede ayudar a mejorar muchas facetas de la natación. Como por ejemplo desarrollar una buena técnica de respiración al nadar, algo que también es importante. Esta herramienta no solo nos garantiza el oxígeno que necesitan nuestros músculos, al ahorrarnos la patada, sino que también minimiza los efectos negativos que el giro para respirar puede tener en la mecánica de la brazada. Cuando uses pull, concéntrate en exhalaciones bajo el agua prolongadas y controladas, de modo que tus pulmones estén listos para una rápida toma de aire en un golpe de respiración.