Un paso elevado, también conocido como paso sobre nivel, es una estructura que ayuda a organizar el tráfico.
Su función principal es permitir que un camino, una vía de tren o incluso un sendero cruce por encima de otro, sin que se encuentren al mismo nivel.
Esto es muy útil para que los vehículos y trenes puedan seguir su camino sin detenerse o chocar.
Los pasos elevados son esenciales en las ciudades y carreteras con mucho movimiento.
Al separar los niveles de tráfico, se reduce la posibilidad de accidentes y se mejora la fluidez.
Esto significa que los coches y trenes pueden moverse más rápido y de forma más segura, lo que es bueno para todos.
Cuando un paso elevado se combina con un túnel o un paso por debajo, se forma lo que llamamos un paso a desnivel.
Los lugares donde muchas carreteras se unen y se cruzan usando varios pasos elevados se conocen como nudos viales.
La idea de construir pasos elevados no es nueva.
Desde hace mucho tiempo, las personas han buscado formas de hacer que el transporte sea más eficiente y seguro.
El primer paso elevado diseñado específicamente para trenes se construyó en el año 1843.
Fue en Inglaterra, cerca de la estación Norwood Junction, y lo hizo la compañía de ferrocarriles de Londres y Croydon.
Su objetivo era que sus trenes pudieran pasar por encima de la línea de Brighton sin cruzarse al mismo nivel.
Mucho tiempo después, el 14 de abril de 1965, se inauguró el primer paso elevado en la India.
Se construyó en Kemps Corner, en la ciudad de Bombay.
Este puente, que medía 15 metros, fue diseñado por Shirish Patel y se terminó en unos siete meses.
Su construcción costó una cantidad equivalente a 820.000 dólares estadounidenses en el año 2013.