Pasar es trasladar el balón de un jugador a otro.
Por la distancia que recorre el balón: corto, medio o largo.
Por la forma de realizar el pase: con el interior, con el exterior, con rosca o efecto, con el empeine, etc.
Por su dirección: hacia adelante, lateral, diagonal o hacia atrás.
Por su intensidad: flojo, fuerte o templado.
Por su altura: raso, media altura o alto.
Por la zona hacia la que se ejecuta: al pie, al hueco o al espacio, centro con rosca, pase largo, etc.
Los rondos son uno de los principales ejercicios de pases en el fútbol infantil para perfeccionar el pase en corto.
El grupo se sitúa formando un círculo y uno de los jugadores trata de interceptar el balón mientras el resto procura evitarlo a un único toque.
Dar toques de balón contra la pared es uno de los ejercicios de pases de fútbol más habituales.
Esto ayuda a mejorar los reflejos y el control del balón.
El regate de conos es uno de los ejercicios de pases de fútbol básicos y, además, no sólo sirve para aprender a pasar el balón sino también a controlarlo y hacerlo circular.
Este ejercicio entraña algo más de dificultad, puesto que ya entran en juego varios jugadores.
Por un lado, dos compañeros han de pasarse el balón mientras otro cubre al receptor, tratando de impedir el pase.
Éste es uno de los mejores ejercicios de fútbol de pase y recepción, porque el pasador debe buscar el hueco y el receptor debe zafarse de su rival para poder interceptar el pase y devolver la pelota.
Para el primer jugador se ejercitan el pase y la coordinación; para el segundo, también entran en juego el control y el lanzamiento.
Pueden intercambiarse los papeles a lo largo del ejercicio y será muy completo para mejorar la técnica de ambos futbolistas.
En este caso, el receptor del pase no puede controlar antes de lanzar sino que debe intentar el lanzamiento a portería al primer toque.
Eso implica para el primer jugador una gran precisión en el pase y, para el receptor, una buena capacidad de reacción que le ayudará también a mejorar el disparo.