El complejo de superioridad es un mecanismo inconsciente en el cual tratan de compensarse los sentimientos de inferioridad de los individuos, resaltando aquellas cualidades en las que sobresalen.
Es lógico pensar que cada individuo posea aspectos positivos y otros negativos.
El término fue acuñado por Alfred Adler.
La exhibición del complejo de superioridad, generalmente, se proyecta hacia los sentimientos de inferioridad con respecto a los demás.
El problema más común de este complejo es sentirse "apartado" de los grupos sociales, por no presentar las mismas características que el resto de las personas.
La conducta relacionada con este mecanismo puede incluir una opinión exageradamente positiva sobre el valor y las habilidades de uno mismo, expectativas muy altas y poco realistas con respecto a los logros de uno mismo y de los demás, vanidad, una cierta necesidad de llamar la atención, orgullo, sentimentalismo y facilidad de ser herido, una tendencia a rechazar las opiniones de los demás, comportamiento snob, entre otras.
Los complejos de superioridad e inferioridad son a menudo presentados ambos en las mismas personas, y se manifiestan de maneras diferentes.
Sin embargo, los dos complejos pueden existir el uno sin el otro.