Los abrazos, las caricias, los apretones de manos, y la aceptación.
Son gestos de amor y agradecimiento, que varias personas hacen de forma voluntaria.
Sin embargo, para algunas personas, el contacto físico provoca un malestar extremo, y desencadena una fobia.
Y es que, sin duda, las secuelas de la pandemia ha dejado una huella en cada uno, y ha cambiado las relaciones, especialmente en cuanto al contacto físico, gracias al distanciamiento social.
Por otro lado, es importante distinguir entre el miedo a los virus y el miedo al contacto físico, condición que no se basa en el hecho objetivo de la infección, sino en causas, directamente psicológicas.
Opiniones de psicólogos
Lo que se observa en el ámbito clínico, es que las fobias no se presentan como problemas, sino muchas veces como síntomas secundarios de otros trastornos, como por ejemplo los trastornos del espectro autista o casos de trastornos postraumáticos.
De hecho, una de las causas más comunes, es el trauma infantil, que puede conducir a una somatización que es lo suficientemente fuerte como para crear el miedo al contacto físico.