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¿Cuál es la regla de los 30 segundos para la inteligencia emocional?

Gael Casado
Gael Casado
2025-08-04 11:19:23
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Inmediatamente después de cada reunión, cada clase o experiencia significativa, utiliza 30 segundos para escribir las cosas más importantes. Si siempre haces esto, te irá bien, pero también es importante realizar una nota en 30 segundos para marcar la diferencia. Se trata de un acto de interpretación, priorización y toma de decisiones. Requiere esfuerzo, ya que es muy sencillo pensar que hemos entendido todo lo que se nos ha contado, pero que resulta mucho más difícil sintetizarlo en tan poco tiempo y verbalizarlo. Aprender a utilizar la regla de los 30 segundos nos ayudará a afilar nuestra percepción. Tienes que ser veloz, ya que nuestras percepciones cambian a medida que el tiempo pasa. Al apuntar rápidamente las conclusiones, tendremos también presente ese gesto que nos ha llamado la atención. Aprendes a escuchar y a hacer mejores preguntas, y ayudarás a los demás a comprender las necesidades de los demás. La regla de los 30 segundos nos ayuda a Sacar a la luz algunos aspectos ocultos que se nos pueden haber pasado por alto y a distinguir entre aquello que es primordial y aquello que es secundario.
Erik Segovia
Erik Segovia
2025-08-04 10:26:34
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Si alguien no puede cambiar algo de sí mismo en menos de 30 segundos, no debes mencionárselo. Por ejemplo, si le dices a alguien: 'Tienes los cordones desatados, átalos', esa persona probablemente pueda cambiarlo en menos de 30 segundos y no se entristecerá por ello. Pero si haces un comentario sobre el color del pelo o el peinado de alguien, esa persona no podrá cambiarlo en 30 segundos o menos. Por lo tanto, no es un comentario que puedas hacer porque es algo que no pueden cambiar por sí mismos. Nuestras palabras tienen peso. Nuestro trabajo es pensar lo que vamos a decir antes de decirlo. Es una habilidad difícil de aprender, pero es muy importante y siempre será útil en la vida. No debemos tener malos deseos para nadie y "aplastar" deliberadamente su corazón. En realidad, queremos que la otra persona se sienta mejor después de hablar con nosotros. Hay que querer colmar a la gente de amabilidad y cumplidos. Ése es nuestro objetivo. Repartir amabilidad, repartir cumplidos. Que esta sencilla regla nos sirva de motivación para pensar en cada conversación en lo que decimos, cómo lo decimos y cómo reaccionará la otra persona.