Cada uno de ellos lleva asociado un color diferente. El azul, negro, rojo, amarillo y verde fueron los tonos elegidos para representar a todos los atletas. Cada uno de ellos está asociado con un continente, representando el vínculo entre los pueblos.
Actualmente, el anillo azul representa a Oceanía, el verde a Europa, el negro a África, el rojo a América y el amarillo a Asia.
En un artículo de Review Olimpique, publicado en 1913 y atribuido a él, aunque apareció sin firma, señalaba que “estos cinco anillos representan las cinco partes del mundo convertido al Olimpismo, listo para aceptar sus fructíferas rivalidades”.
En un inicio, su idea era que los colores representaran a todas las banderas de los países participantes. De esa forma, el azul y el amarillo creaban el distintivo de Noruega; el azul y el blanco (fondo de la bandera olímpica) el de Grecia; y el rojo, azul y blanco creaban la bandera de Francia, Inglaterra y Estados Unidos.
Por otro lado, el rojo, amarillo y negro identificaban a Alemania y Bélgica; el verde, blanco y rojo a Italia y Hungría; el amarillo y el rojo a España.
A su vez, China, Japón, Brasil y Australia también se veían integradas con estos colores.