El polo es una actividad impregnada de cultura que se ha convertido en un verdadero estilo de vida para sus aficionados.
Su primer partido se jugó en el año 600 d. C. entre los turcos y los persas, en el cual ganaron los turcos.
Cabe resaltar que este prestigioso deporte ya existía en la India en el siglo XVI, pero es en el 1850 que un grupo de británicos residentes en la India, descubrieron el juego y fundaron, en 1862, el primer club de polo denominado «Calcuta Polo Club», hoy reconocido como el club más antiguo.
Con el transcurrir del tiempo, fue llevado a Europa por los ingleses en el siglo XIX, convirtiéndose desde entonces en uno de los deportes de élite más prestigiosos del mundo.
Para el 1872, se fundó el primer club de Polo de Inglaterra, un centro importante en la promoción del deporte conocido como el «El Monmouthshire».
Y es a finales del siglo XIX, cuando empiezan a surgir competencias internacionales.
En la actualidad, el polo se practica en alrededor de setenta países.
Entre los más destacados en la práctica competitiva, destacan: Argentina, Inglaterra, Brasil, Estados Unidos, México, España, India y Australia, siendo Argentina el mayor ganador de campeonatos.
En el 2022, la Selección de Polo de España se coronó por primera vez como campeones mundiales.
Desde sus orígenes hasta entonces, el polo ha sido disfrutado por personas de todas las culturas, sin dejar de ser un deporte que requiere una alta inversión y del extremo cuidado y alimentación de sus caballos, razones que ubican a sus jugadores entre las élites más exclusivas, realidad que da vida a una legendaria frase grabada en una tabla de piedra en un campo de polo en Gilgit, Pakistán: «Dejemos que otros jueguen a otras cosas.
El rey de los juegos sigue siendo el juego de los reyes».