La precisión en el deporte se refiere a la habilidad de un atleta para realizar una tarea específica con una alta exactitud.
En general, cuanto menor sea el error o la desviación estándar, mayor será la precisión del resultado.
El curling es un deporte de invierno, en el que compiten dos equipos de cuatro personas.
El objetivo es deslizar unas piedras sobre una pista de hielo de 45.5 metros hacia una diana de cuatro círculos.
La precisión está involucrada todo el tiempo: el lanzador debe empujar la piedra de granito con la fuerza y dirección adecuada para buscar el centro de la diana, si bien ese impulso le da una dirección, el resto del equipo ayuda con escobas a pulir o raspar la pista de hielo para que la piedra llegue de forma más exacta y alejar a las piedras del equipo contrario.
Se requiere una gran precisión en la dirección y fuerza de cada tiro, pero también en la colaboración del equipo que limpia la trayectoria.
La precisión no sólo está presente en los deportes tranquilos, tenemos el ejemplo del basquetbol que implica gran velocidad de sprints, pases y tiros a la canasta.
El deporte ráfaga exige a los jugadores una gran condición física, músculos fuertes, buenos reflejos, improvisación, técnica y una gran precisión.
Para poder desplazarse el jugador debe botar de forma precisa el balón mientras camina o corre.
Una vez que decide lanzar un pase, se deben considerar elementos como fuerza, dirección y la trayectoria de su compañero para que el pase llegue justo a su destino; incluso algunos jugadores hacen pases de fantasía que engañan a sus oponentes, pero llegan de forma precisa al compañero.
Se han hecho muchos estudios para aumentar la presión de un tiro de larga distancia pues tiene que ver con la fuerza y dirección que se lanza la pelota, pero también con la parábola que describe rumbo a la canasta.