El paso cruzado es una técnica fundamental en baloncesto que consiste en mover el pie delantero hacia el lado opuesto, mientras que el pie trasero se mantiene en su posición original. El objetivo del paso cruzado es crear espacio, mejorar la estabilidad y engañar al defensor. El paso cruzado ayuda a mantener la estabilidad y el equilibrio, ya que el pie trasero se mantiene en su posición original y el peso del cuerpo se distribuye de manera más uniforme. El paso cruzado puede ser utilizado para engañar al defensor, ya que puede hacer que el defensor piense que el jugador va a moverse en una dirección cuando en realidad va a moverse en la dirección opuesta. Para ejecutar un paso cruzado efectivo, es importante mantener la cabeza alta y los ojos enfocados en la canasta. Distribuir el peso del cuerpo de manera uniforme entre ambos pies para mantener la estabilidad y el equilibrio. Ejecutar el movimiento con suavidad y control para evitar perder el equilibrio o cometer una falta. En resumen, el paso cruzado es una técnica fundamental en baloncesto que ayuda a crear espacio, mejorar la estabilidad y engañar al defensor.