Un bloqueo mental se produce cuando tratamos de recuperar o codificar información de nuestro cerebro, pero otra información o pensamiento interfiere en este proceso y no nos permite acceder. 
Se consideraría como la imposibilidad de seguir una línea de pensamiento que afecta a nuestras conductas, merma nuestra eficacia y limita nuestro potencial para conseguir nuestro objetivo final. 
Esta sensación puede tener múltiples causas y estar provocada por experiencias traumáticas, problemas de ansiedad, falta de autoestima, de confianza, de conocimientos o por padecer depresión, entre otras causas. 
Al no producir la respuesta adecuada ante una determinada situación se puede generar incluso más estrés o ansiedad. 
De tal manera que cuando se sufre un bloqueo mental no se piensa con claridad y la persona es incapaz de gestionar los pensamientos o las situaciones. 
Pero, ¿cómo podemos reconocerlo? 
Uno de los síntomas que se experimentan es la intrusión de pensamientos negativos, así como una sensación de frustración e insatisfacción. 
Además, se tiende a evitar esta situación para escapar del bloqueo e incluso pueden aparecer síntomas físicos como dolor de cabeza, náuseas o problemas gastrointestinales. 
Un bloqueo mental es una señal de alarma y debemos prestarle atención. 
En algunas ocasiones nos puede proteger de determinados sentimientos o emociones que no queremos experimentar porque no estamos preparados, pero en otras puede estar indicándonos que la forma en la que estamos manejando algunos aspectos de nuestra vida no es la más adecuada. 
Por tanto, para hacer frente al bloqueo por ansiedad hay que conocer su origen y enfrentarse a la carga emocional que conlleva. 
No se trata de ocultar las preocupaciones y obviar los sentimientos, sino de enfrentarlos y salir fortalecidos de esa experiencia.