Los porteros deben tener reflejos instantáneos y una buena condición física, y también deben organizar la defensa y actuar como líderes de su equipo. Es muy importante que los porteros tengan una buena condición física y una visión de campo. Para mejorar, deben dedicar tiempo a trabajar la concentración y mejorar las habilidades físicas. La habilidad de un portero está en conocer cómo funciona la mente de los jugadores del otro equipo y predecir la siguiente jugada del atacante. La mirada siempre debe estar en el balón, no en el jugador, ya que puede engañar y marcar un gol. Los porteros necesitan abdomen, piernas y brazos fuertes y deben trabajar la potencia del salto vertical para alcanzar cualquier punto de la portería. Cuando un atacante se acerque, el portero debe adelantarse para reducir su ángulo de disparo y ocupar su campo de visión. El portero es la persona con la mejor visión del campo, por lo que debe indicar a sus jugadores qué jugador atacar y motivarles a mejorar.