Si el balón perdiera sus propiedades y no pudiera seguir utilizándose se detendrá el juego y se reanudará con un balón parado.
Si el balón quedara defectuoso en un saque de inicio, de meta, de esquina o de banda, o en tiro libre o penal, se volverá a ejecutar el saque o el lanzamiento.
Si el balón, mientras se mueve hacia adelante, quedara defectuoso antes de llegar a tocar a un jugador, el travesaño o los postes durante la ejecución de un penal o de la tanda de penales, se volverá a ejecutar dicho lanzamiento.
Se introduce una modificación respecto a la reanudación del juego después de que un balón resulte defectuoso.
Hasta ahora la regla decía que se volvería a poner en juego situando el reserva en el mismo lugar donde se había dañado el original, mientras que ahora sólo se indica que se hace con un balón a tierra.
No obstante, también se advierte que debe ir en consonancia con la Regla 8, que es la que versa sobre el Inicio y la reanudación del juego.
La normativa, que dice que el balón sólo será reemplazado en un partido bajo la autorización del colegiado, regula cómo actuar en el caso de que la pelota esté defectuosa.
Los balones de los Mundiales tienen que ser esféricos, estar fabricados con materiales adecuados, tener una circunferencia comprendida entre 68 y 70 cm, un peso entre 410 y 450 gramos al comienzo del partido y una presión equivalente a 0.6-1.1 atmósferas al nivel del mar.
Tienen que ser esféricos, estar fabricados con materiales adecuados, tener una circunferencia comprendida entre 68 y 70 cm, un peso entre 410 y 450 gramos al comienzo del partido y una presión equivalente a 0.6-1.1 atmósferas al nivel del mar.
La Regla 2 de la IFAB, la que delimita los esféricos, establece estas normas.