La cantidad de tiempos fuera que disponen los equipos tanto en temporada regular como en Playoffs es de seis por encuentro.
Estos funcionan para parar el tiempo de juego y se utilizan normalmente en dos situaciones: cuando el reloj de jugada está cerca de llegar a cero, lo que supone una penalidad de 5 yardas, o durante los últimos 2 minutos para frenar el reloj.
Si bien los equipos comienzan con tres en cada mitad, hay posibilidades de perder uno de ellos sin ni siquiera utilizarlo.
Los equipos técnicos tienen la posibilidad de retar jugadas arbitrales lanzando un pañuelo rojo al campo.
En caso de que el juego se estire a tiempo extra, que tiene una duración de 10 minutos durante la campaña regular y de 15 en postemporada, los entrenadores contarán en esta ocasión con dos nuevos tiempos fuera.
Vale destacar que estos no son acumulables: si no se utiliza ninguno de los tres durante la primera mitad, estos no son transferibles a la segunda.
Lo mismo pasa durante la prórroga.