Cuando decidimos variar nuestra defensa y cambiar de individual a zona, tenemos que preguntarnos antes por qué lo hacemos. Algunos de los motivos que nos llevan a utilizar esta variante táctica puede deberse a querer cambiar el ritmo del partido, evitar situaciones de uno contra uno en las que nos superan con facilidad o, aunque puede generar controversia, proteger al equipo de las faltas. Hay entrenadores que se muestran contrarios a defender en zona, pero eso no implica que no la tengan que entrenar. Muchos equipos les plantearán esa situación en los partidos y tendrán que haberla entrenado para poder hacerle frente, aunque sólo tengan que atacarla, tendrán que conocer y realizar una buena defensa zonal para que, en los entrenamientos, al ataque le sea útil. Hay que recordar que todo lo que no trabajemos será más difícil llevar a cabo. La zona sólo funcionará si se trabaja en equipo y los jugadores tienen entre sí una comunicación fluida, ya que el despiste de uno solo puede provocar una gran desventaja. Es aconsejable delimitar el campo de actuación de los defensores, podemos marcar como límite la prolongación del tiro libre. Los jugadores tienen que ser conscientes de que tienen que llegar a puntear todos los tiros, no dejando que el rival tire cómodo.